La estrategia para reescribir la historia
A principios del año 2002, Colombia tenía 30 mil hombres de las FARC, 5 mil guerrilleros del ELN, y otros 30 mil paramilitares. Provocaban muerte, miseria y desplazamiento. Se decía que Colombia era un “Estado Fallido”, y en las universidades, los jóvenes sólo pensaban en irse del país. A finales del año 2010 el país era otro: el 60% de las FARC y el ELN se había desmovilizado o muerto en combate, las AUC habían entregado armas, los máximos responsables estaban presos, y la pobreza se había reducido en más de 12 puntos. Sabíamos, sin embargo, que la culebra estaba viva, que la seguridad democrática era primordial. No obstante, la generación nacida desde finales de los 90 creció en un país donde el mal ya no era visible. Una falsa narrativa sobre la "guerra" de Uribe se vendió como una doctrina, asentando la idea de que era necesario negociar "paz” y ponerle fin al impulso guerrerista del "uribismo". Colombia no era Suecia, y no era una guerra. Eran terr...