Un atropello más
La renuncia del presidente Uribe debe significar que su proceso pasa a la fiscalía. Esto si aún existen mínimas garantías. Dejar su curul es la forma de encontrar justicia imparcial y sin sesgo ideológico en su contra, pero también es una pésima noticia por lo que su pérdida significa para la democracia de nuestro país. Los actos de la sala de instrucción de la Corte Suprema de Justicia, en mi opinión, muestran ensañamiento en contra del presidente Uribe. Primero, haber legitimado las más de 21.000 llamadas telefónicas que le fueron interceptadas de manera ilegal es inexplicable. Cabe recordar que en el caso del computador de Raúl Reyes no fue aceptado por la Corte. Sostuvieron entonces que los procedimientos descritos en el código penal no se habían cumplido. De nada valió que se explicara que habían sido recogidos luego de un bombardeo, y que lo hubiera certificado la Interpol. Sorprende que interceptaciones que supuestamente se hicieron por un error y que por lo tanto, debiero...