El imperio de los jueces.
La proliferación de decisiones de índole político que ha venido tomando la rama jurisdiccional es sorprendente, verdaderamente. Empezamos con que el Twitter del presidente tiene restricciones sobre lo que él puede manifestar como ciudadano; la expresión respetuosa de su fe en la Virgen de Chiquinquirá le fue criticada. Afectan así la libertad de culto, imponiéndole como su religión la atea o la agnóstica, pues a eso equivale el fallo. Pasamos a que tampoco podría expresarse como ciudadano sobre la honorabilidad del Presidente Uribe. No puede criticar, ni controvertir; y no puede tampoco rendir un testimonio público sobre quien es su jefe político, expresando lo que le consta sobre su comportamiento; porque Uribe está procesado. Restringen la libertad de expresión, el argumento parece ser que ocupar el cargo de Presidente limita el derecho de expresión. Y anula de una vez la presunción de inocencia. Se puede insistir en la inocencia de Uribe porque no ha sido vencido en juicio. Es ...