Nos comió la coca
"Las causas del conflicto";
con esta frase inician todos aquellos que quiere atribuirle valor político a la
oleada criminal de las Farc, y de otros grupos ilegales. Se supone que los
problemas estructurales y propios del subdesarrollo son justificación para los
horribles asesinatos, secuestros, reclutamientos... siempre me he apartado de
esta visión. Las causas de la violencia en Colombia están ligadas a dos
factores: los negocios ilegales y la frontera agrícola.
Colombia tiene la peculiar situación
de tener una frontera interna; el límite del territorio dominado y la selva que
se inicia. En esta zona la supervivencia se hace difícil por la baja oferta de
servicios estatales y la vida al borde de la legalidad. Es un área de especial
asiento para actividades ilegales: en especial los cultivos ilícitos y la
minería ilegal.
Teniendo como imperativo la
preservación de las selvas deberíamos tener una política de reubicación de las
poblaciones asentadas ahí hacia áreas con presencia estatal. Sin embargo el
acuerdo de la Habana apuntó a justamente lo contrario: abrir las vías y buscar
el desarrollo y terminar así de derruir el gran patrimonio ambiental. Los
ejemplos de las vías en sectores ambientalmente sensibles como Vichada, Vaupez,
el nudo del Paramillo, entre otros.
La desatención del gobierno a esta
realidad lo condujo a descuidar al problema de los cultivos ilícitos y la
minería ilegal, el costo será una nueva era de violencia. Los cultivos ilegales
y las explotaciones mineras se dispararon: quintuplicado los cultivos de coca y
no hay una cifra cierta para la proliferación minera.
El estudio de Mejía y Restrepo que se
enfoca en los cultivos ilícitos de 1994 a 2008 muestra que el aumento de 10% en
el valor de los cultivos de coca trae un aumento de 1,25% en los homicidios, 3%
el desplazamiento forzado, 2% los ataques de grupos ilegales. Es decir, hay una
correlación entre los cultivos ilícitos y la violencia. No conozco un estudio
sobre el tema pero seguramente existirá donde se muestre la misma correlación
entre la minería ilegal y la violencia. La pregunta que ojalá la academia
colombiana enfrente, es si la disminución de la violencia que se ha visto en
estos años de debe al proceso de la Habana o se debe, más bien, a que el
Gobierno desistió en la lucha contra el narcotráfico y la minería ilegal. Mi
hipótesis es que la falta de combate a los negocios ilegales disminuyó el
estrés que genera violencia en los municipios cultivadores.
Lo cierto es que el aumento
desmesurado de los cultivos ilícitos que se permitió en nombre de la paz, será
una factor de muchas dificultades. En términos de las relaciones con los EE.UU.
surge la pregunta sobre por qué somos otros vez el primer productor de cocaína
del mundo. Además aparecen cuestiones fundamentales sobre la violencia, como lo
hemos dicho, pero sobretodo con las relaciones con las comunidades. Hoy las
Farc posan como quienes defienden a los cultivadores, quienes les dan
alternativas y solucionan un problema que no tendrá fácil desenlace. El
gobierno perdió el control del territorio y cedió el control de las soluciones
sociales. Antes las Farc no representaban a nadie, hoy corremos el riesgo de
que en la confrontación entre el Estado que pretenda acabar la ilegalidad y las
Farc defendiéndola.
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