La trocha de la paz
Con el pretexto
de la paz Santos y su gobierno han hecho y desecho. La paz, dicen, vale todo. Y
no es la premisa lo que molesta, bien podríamos aceptar que la paz –como ideal
humano- todo lo vale; el problema es que los acuerdos de la Habana no son ni
traerán la paz. Entonces con ese falso pretexto de la paz vienen destruyéndolo
todo: la separación de los poderes, el Estado de Derecho, la Constitución, la
oposición política, la deliberación libre…
No sólo
alteraron las figuras de participación ciudadana para amañar las elecciones y
garantizar su victoria –un atropello a la democracia-, sino que además no
tuvieron vergüenza al desconocer el resultado del plebiscito. Polarizan el
debate al extremo que la ciudadanía tiene miedo de expresar lo que piensa, Santos
inició con una Constitución y va a dejar el gobierno con otra, y lo
sorprendente es que para cambiar la Constitución no convocó al pueblo, sino que
utilizó poderes dictatoriales para imponer lo que el pueblo expresamente había
rechazado.
Para hacerlo ha
tenido que entregar al voraz aparato polítiquero la dulce mermelada, que vació
las arcas estatales y dejó por una parte un congreso de notarios, que no
piensa, ni reflexiona y solo vota lo que le ordenan, y por el otro lado, dejó en
el olvido a los colombianos. Nos quedemos esperando las obras, sumidos en una
crisis de la salud, con la educación en paro; paros cívicos en Buenaventura, en
el Chocó, en San Andrés. La ola invernal avanza sin soluciones…
Ahora con unas
facultades extraordinarias que le dieron a Santos poderes que sólo Chávez tuvo,
se expidieron 40 decretos, 30 en un fin de semana. Por la paz matonean un
magistrado que se atreve a decir que hay limites a los procedimientos para
implementar los acuerdos, y lo gradúan de enemigo de la paz –como a la
mayoritaria oposición política-. Por la paz, se dice que solo se puede votar
por una candidata a la Corte Constitucional, porque los demás destruyen la paz.
¿Será coincidencia que hayan prorrogado el plazo de la entrega de las armas, y
luego digan que si no se vota por la Dra. Fajardo las Farc se paran de la mesa?
Por la paz se
vale amenazar, comprar votos, comprar conciencias, estigmatizar, mentir, y destruir las instituciones del Estado de
Derecho. Y entonces, con natural curiosidad se preguntará el ciudadano como va
la paz, y con mayor angustia constatará que va por una trocha. Lenta, difícil,
sin destino conocido. No se entregan las armas todavía, los plazos se
extienden, de las 900 caletas tampoco se sabe nada, las rutas y los socios de
narcotráfico no se entregaran, porque las Farc, según dicen actualmente, jamás
han sido narcotraficantes.
Y la seguridad
se desliza peligrosamente entre las 188 mil ha de cultivos ilícitos y las miles
de minas ilegales. El plan pistola y los atentados del ELN son buenas señales,
dicen, de que quieren negociar. El plan pistola y los atentados de las bacrim
son delincuencia común que algún día, dicen, fácilmente derrotarán. Y los
atentados de las Farc no son de ellos, son los disidentes, eso nos dicen. Lo
único que se preguntan es por qué esta afortunada Nación que estrena la paz, se
muestra pesimista y aburrida.
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