Elecciones y paz -28 de octubre de 2015-
Elecciones y paz
Había escrito que el Centro Democrático
no podía perder las elecciones, pues sin tener cargo alguno de elección popular,
no podíamos sino crecer. Obtuvimos unos importantes resultados que hoy nos
hacen la tercera fuerza política más votada en el país; aunque tuvimos derrotas
que no esperábamos en las alcaldías de Medellín y Manizales. El resultado es importante
porque las elecciones regionales están siempre mediadas por cuantiosos
recursos, apalancamiento de los poderes que pretenden reelegirse -ellos mismos
o en cuerpo ajeno- desde alcaldías y gobernaciones; a lo que se suman las
abultadas chequeras del gobierno nacional; y como lo decía no teníamos nada de
eso, por el contrario hicimos campaña en contra de esas nefastas prácticas. Los
votos del Centro Democrático fueron votos libres, votos de opinión y de
respaldo a Uribe.
No se votó por la paz, como ahora anuncia
el pretencioso gobierno, se votó por amistades locales, por prebendas
económicas y burocráticas, por presiones y mucho menos por ideas o propuestas. Son
unas elecciones dolorosas, que en muchos casos cuestionan nuestra democracia. Sin
embargo, salió Santos, como ya es costumbre, a hacer anuncios históricos sobre
la trasparencia y la tranquilidad de las
elecciones. No comentó sobre los miles de pesos incautados, y circulantes para
compra de votos. Tampoco dijo nada del soldado asesinado en Antioquia, ni los
12 héroes masacrados en Boyacá. No se dijo de los dos buses quemados en el
Chocó, ni los disturbios en Lejanías y Mapiripan en el Meta; tampoco los
problemas en Bolívar, Santander, las quemas de sedes de la Registraduría en
Cauca y Magdalena. Así que todo trascurrió
dentro de la mayor tranquilidad, dijo el Gobierno.
Las Farc delinquen con el brazalete del
ELN y el Gobierno enceguecido –o de mala fe- insiste en que la tregua se
cumple. El ELN hace méritos para recibir el tratamiento de impunidad y premios
que le han prometido a las Farc; no
hemos firmado y el estimulo al crimen empieza a mostrar su cara. ¿Y tan pronto
se inicie el proceso con el ELN entonces que organización asumirá el liderazgo
en el crimen?
Mientras tanto en el Congreso se avanza
en la destrucción de Estado de Derecho en beneficio de los terroristas, con el
acto legislativo para la paz. Oigo a Juan Manuel Galán hablando de perdón y de
justicia restaurativa. Lo oígo diciendo que la justicia punitiva es menos
importante. Me pregunto por qué su familia pasó años buscando y persiguiendo
judicialmente a los criminales de su padre ¿será capaz de pedir que cese el
proceso contra Maza Márquez? ¿Será capaz de aceptar que Santofimio Botero quede
libre y vuelva a la política? ¿O aquella receta es para los colombianos de las
regiones, para los hijos de quienes no son figuras políticas?
Insisto en una solicitud que hiciera al
inicio de este proceso: Juan Manuel Santos, Humberto de la Calle, Sergio
Jaramillo y los otros negociadores deben firmar un compromiso de que no se irán
del país; que se quedarán a vivir las consecuencias de todo lo que están
destruyendo.
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