No más desgobierno
Los colombianos se han acostumbrado a ver a Álvaro Uribe como un hombre fuerte, y por lo tanto la oposición política en el país se ve robusta y poderosa. Olvidan que este hombre, sin poder y desde la oposición, ha logrado construir un nuevo partido político con 39 congresistas y un significativo número de concejales y alcaldes. Un esfuerzo titánico para confrontar un gobierno que seduce con los dineros de la bonanza petrolera, que dilapidó para construir una solida estructura de clientelismo político y que tuvo a sueldo todo tipo de personalidades y endulzó medios con la mermelada de la pauta estatal. La fuerza de la oposición no se debe a recursos económicos –de los cuales ha carecido- ni a compromisos de los políticos que otrora acompañaron a Uribe –pues todos lo dejaron. Se explica por la empatía de muchos colombianos con unas ideas; por la tenacidad en las posturas; por la coherencia y ejemplo; por el recuerdo de las obras de un buen gobierno. Sobretodo, porque muchos colo...