Patria Boba -22 de julio de 2015-
Patria Boba
El
discurso de instalación del Congreso del Presidente Santos fue un montón de anuncios falaces que se
catalogan como históricos; como es su gobierno, exactamente.
Sostuvo el
mandatario que el periodo denominado Patria Boba guarda mucho en común con lo que vive Colombia en la actualidad.
Dijo -en la celebración del grito de independencia- que nuestros próceres no habían estado a la altura de las circunstancias.
Dijo que la confrontación ideológica había permitido la reconquista de
Pablo Morillo y hoy, impedía la paz. Dijo, sin decirlo, que ya estaríamos en paz sino fuera porque el oposición critica el proceso de la Habana.
Quedaría mejor escrita la historia de
Colombia si se interpretara dentro de la tensión centro-periferia, iniciada desde que las Américas eran menospreciadas y todo lo deseable y valioso estaba en España. Quedamos con lo que ya teníamos, pues la interrupción de la mal llamada Patria Boba impidió concretar institucionalidad que
recogiera un país de regiones y diseñara mecanismos para que cada territorio
prometiera un destino a sus
habitantes. Nada más relevante que la definición de una identidad nacional incluyente, donde
todas las regiones hagan parte del proyecto nacional, que se frustró en la reconquista. El modelo donde la capital acumula las mejores
oportunidades, y a el destino de la provincia consiste en desplazarse hacia la
capital para acceder a ellas; es un modelo fracasado y causante de muchas de
nuestras dolencias. El debate de la Patria Boba es el debate de hoy, eso no lo
nota Santos. Discutimos asuntos de fondo: ¿puede el centro diseñar e imponer el modelo de paz
para la periferia? ¿puede una negociación conducirnos a la paz? ¿la paz de Colombia depende de la voluntad de
unos narcoterroristas o del modelo institucional y el tipo de gobierno?
Patria
Boba, le dicen, a lo que fue un esfuerzo para acordar los cimientos de la
naciente república. Patria Boba -sin importancia y equivocada- insiste el
Presidente Santos. Y parece apenas natural que así la clasifique; ha de parecerle irrelevante la discusión entre el modelo centralista y
federalista; Santos representa ese centralismo, que no le interesa esa
periferia.
No dijo el
mandatario que la negociación no se firma porque las Farc aun
exigen más, y que pese a la voluntad del
gobierno de ceder infinitamente, la regulación internacional impone límites, como los impone el hastío de los ciudadanos con la negociación. Olvidó tal vez, que aquel sórdido período donde los grandes héroes de la independencia fueron
fusilados y desmembrados se llamó la pacificación; no recordó que el sangriento y despiadado Morillo tuvo
el título de pacificador.
Las
palabras son engañosas pueden envolver cualquier
cosa. El pacificador de aquel tiempo pretendía doblegar la voluntad de un pueblo que no entendía; como pretende el pacificador de hoy,
imponernos una solución a un problema que no entiende
como lo demuestra su simplificación de la discusión entre los que quieren la paz o quieren la
guerra. Boba la Patria que no tenga el valor para discutir a fondo las
diferencias de las que pende su destino.
Comentarios
Publicar un comentario