Máscaras para la paz - 11 noviembre de 2015
Máscaras para la paz
Ahora resulta que las Farc
no son narcotraficantes; son una fuerza política. Eso nos dicen las Farc y el
Gobierno. Sin embargo el informe de la DEA denunció que las Farc siguen siendo
agentes del narcotráfico. Los carteles mexicanos de los Zetas, hermanos Beltrán
Leyva, Jalisco Nueva Generación, Sinaloa, liderado por ‘Chapo’ Guzmán, dominan
el paso de la frontera y los mercados en el país del norte, y los Urabeños -hoy
los mayores exportadores de cocaína- y las Farc les entregan en Centroamérica
la cocaína. Son socios.
Sostiene la DEA que
Urabeños y FARC y “han incrementado el tráfico de droga en el Caribe en los
últimos tres años”; precisamente los tres años de la negociación de la Habana.
Acertadamente el
Presidente Pastrana exigió que las Farc denuncien a todos sus socios del
narcotráfico, y revelen las rutas por donde mueven sus cargamentos de cocaína.
Rodrigo Granda aludió a la
presencia de países garantes para demostrar que no son narcotraficantes y
respondió que las Farc no son una organización de narcotráfico, sino una fuerza
política.
Salvo alguna incidencia en
elecciones –mediante presión armada- y la utilización de esas fichas elegidas
para apoderarse de los recursos públicos, incluso de la salud, no conozco la
trayectoria política de las Farc. En ninguna parte, la población los quiere o
se siente representada por su actuación criminal. Cuando hay presencia estatal
que garantice la seguridad en las votaciones, masivamente las comunidades los
derrotan; por ejemplo el Sumapaz, el sur del Tolima, Argelia Cauca. Aquello se
explica pues no es posible encontrar ninguna conquistas de las Farc a favor de
los colombianos. Lo de “fuerza política” es una nueva mascara para esconder la
realidad y obtener beneficios.
Pretenden las Farc que el
gobierno les asigne curules en todos los municipios y corporaciones colegiadas
-lo que no tiene ningún partido en Colombia. Sostienen que no pueden sino
aspirar a eso, que sería de alguna manera equivalente a el poder político que
hoy ostentan. Dicen que es necesario hacerlo así, pues no habrá elecciones
hasta dentro de 3 años y por lo tanto no pueden simplemente entregar las armas
y perder su poder “político”. Es cuestión de tiempo que el complaciente gobierno
acepte.
Lo de las curules
inmediatas es también una forma efectiva para eludir el sometimiento a la
justicia. Pretenden tener primero las curules que el juicio, y eso que en el
procedimiento concertado basta con una banal descripción de todas sus atrocidades
para haber cumplido con la justicia y las víctimas.
Todo en este proceso va
contra el tiempo, y con el argumento de que la paz ya viene se avalan todas las
trampas: se destruye la Constitución, se regala la representación política, y
se burla la justicia. Uno es lo que son sus hechos, no lo que pretende; pero
este es el proceso de las mascaras. Los disfraces se tratan como ciertos. El
lobo con piel de oveja –a todas luces lobo- no puede ser alimentado con hierba
y por más que se cepille la lana; el colmillo atacará.