Desequilibrios y poderes absolutos -02 de mayo 2015-
Desequilibrios
y poderes absolutos
El
delicado equilibrio de los poderes supone frenos y contrapesos para evitar que
los funcionarios que ejercen el poder, abusen. Hay que imaginar muchas
situaciones en el futuro y recordar el pasado. El proyecto de ·equilibrio de
poderes” no soluciona los graves problemas que nos aquejan: fortalece el ya
excesivo presidencialismo, debilita el enclenque congreso, y no le impone
controles a la rama judicial hoy con brotes de politización, abuso y
corrupción.
Mientras
un funcionario público de la administración nacional o regional es investigado por
la rama judicial por conductas penales, disciplinariamente por la Procuraduría,
por la Contraloría en materia fiscal, y tiene la vigilancia de la oficina de
control interno; un Congresista tiene las mismos controles con el agravante de
tener juicios en única instancia, penal ante la Corte Suprema, y por pérdida de
investidura ante el Consejo de Estado. A todas estas, los miembros de la rama
judicial, que tienen la facultad de decidir sobre los la libertad y bienes de
los ciudadanos, carecen de controles efectivos por otras ramas. Son
disciplinados por una sala elegida por la propia rama y los asuntos penales
también los juzgan ellos. Es un poder enorme, casi vitalicio, , alejado de la
ciudadanía pues es la única rama del poder que no tiene origen democrático y
sin embargo carece de controles.
La
Corte Suprema de Justicia está en total impunidad. Siendo funcionarios cooptados,
es decir elegidos por ellos mismos, parece ridículo que sean esos Magistrados
–electores o elegidos- los que juzguen la conducta penal de sus pares. Además juzgarán,
con ese mismo criterio de clan, la conducta penal de todos los funcionarios del
Estado -sin excepción-, incluyendo magistrados de otras cortes, congresistas y
el Presidente. Semejante desequilibrio no parece preocuparle a nadie, pese a
que el país en el pasado vio horrorizado las amistades de narcotraficantes con
magistrados.
Las
altas cortes deberían ser el final de una carrera, de manera que al terminar el
encargo, los ex magistrados se dedicaran a dictar clases, pero nunca a defender
intereses privados usufructuando las conexiones y las influencias acumuladas.
Se trata de evitar que la rama vuelva a padecer los escándalos como aquel donde
el Presidente de la Corte Constitucional, renunció para defender los intereses
de Saludcoop. Sin embargo, la perspectiva no fue tenida en cuenta. El único
requisito para ser magistrado de una alta corte es tener 20 años de
experiencia. Más aún, ni siquiera logramos 5 años de inhabilidad para litigar
frente a la propia corte en la que se ejerció, se mantuviera. Las mayorías del
senado consideraron que dos años eran suficientes.
Se
prohibieron todo tipo de nombramientos cruzados; sin embargo la efectividad es
dudosa. Propusimos que cuando un pariente de magistrados, congresistas o directivos
de un órganos de control u otras entidades, fuera nombrado en un empleo público
o celebrara contrato público aquello fuera publicado, de manera que la
ciudadanía puede conocer la información. Esta propuesta tampoco fue aprobada,
de manera el carrusel de nombramientos para pagar favores se remodelará pero
seguiremos sin herramientas para hacerlo visible.
Desde
ahora anuncio que la aprobación de este proyecto será más dañina que
beneficiosa.
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