El Mico del Fiscal -23 de mayo 2015-
El
Mico del Fiscal
Tal vez la emoción con proyecto que
presentó el Fiscal con el pretexto crear la doble instancia para congresistas, impidió
que la Comisión Primera de Cámara evidenciara el Mico. Se anunció como la
solución a dos problemas del juzgamiento de los congresistas: de que quien
investigue también juzgue y que no exista posibilidad de revisión de la
sentencia por un juez distinto.
Sin embargo, no lo es. Se limita a
dividir la sala penal y la sala de casación penal con líneas imaginarias para fingir independencia:
Los magistrados de la Corte se eligen por cooptación; de manera que quien
investiga fue nombrado o nombró a quien juzga, y quien revisa la apelación
tiene el mismo vínculo de reciprocidad. No hay ninguna independencia, es una
simulación. Los Congresistas seguirán siendo investigados y juzgados dos veces
por un mismo grupo de magistrados aliados por el favor de ser simultáneamente electores
y elegidos entre ellos.
Se
seguirá violando el derecho de todo hombre y ciudadano a que tras una
apelación un juez independiente conozca su caso; y se vulnera la igualdad ante
la ley, cuando todos los demás ciudadanos colombianos son investigados por un
organismo distinto a aquel que los juzga.
Dejando de lado, la inocuidad de la
solución, lo grave está en otro artículo donde se faculta a la Corte Suprema a
fallar casos penales con sentencias en “Equidad”. Colombia tiene fallos en
equidad para los jueces de paz y ciertos conciliadores; pero por supuesto ese
concepto es ajeno y perjudicial para el derecho penal. Supone que el juez puede
apartarse de la ley, esto es no aplicarla, y en cambio buscar una solución que
en su criterio sea más equitativa. En
términos de la exposición de motivos del proyecto, le permite al juez
“dulcificar” la pena.
Esto violenta los fundamentos del derecho
penal que es el más rígido en las posibilidades interpretativas del juez, pues
un principio fundacional del Estado de derecho es que nadie puede ser juzgado
sino por leyes preexistentes, aplicadas por organismos independientes. Nadie
aceptaría que la ley que se le aplique, sea producto del arbitrio de quien
juzga, pues sería el retorno a la tiranía y la arbitrariedad.
Sin embargo, podemos aventurar desde ya
la razón que subyace de semejante atentado contra el derecho penal; sobretodo
por el autor del proyecto. El Fiscal ha sido insistente en que las Farc no
tienen que pagar cárcel, que penas alternativas como trabajos social, bien
podrían ser penas suficientes para los criminales de lesa humanidad,
reclutadores de niños, secuestradores, terroristas… Según lo ha dicho, insistir
en la cárcel es una visión anticuada de la justicia.
El único obstáculo para la aplicación de
la teoría del Fiscal es el Código Penal, que tipifica esas conductas y les
impone la pena de cárcel. El problema es que no podemos simplemente derogar el
Código, y legalizar –por ejemplo- el homicidio para todos los colombianos. La
solución propone que la Corte Suprema pueda “dulcificar” las penas; así se crea
el mecanismos para que los únicos impunes después de delinquir, sean los
terroristas de las Farc con el pretexto de la equidad.
Es una solución sofisticada. No es una
amnistía, no es un indulto; hay un juicio y una pena. Es una especie de
blindaje para evadir la Corte Penal Internacional, y una burla a la Nación que
esperaba ser consultada sobre los acuerdos.
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