Plan de desarrollo? -09 de mayo de 2015-
Plan de desarrollo?
El Plan de Desarrollo presentado por el
gobierno perfeccionó la técnica de convertirlo en una especie de microreformas que otorgan
facultades para las grandes reformas, que no tendrán a que pasar por el Congreso. Todo
lo que el gobierno quiso quedó plasmado, incluso se le otorgaron facultades legislativas para
definir lo pendiente.
El código de minas, y la normatividad
ambiental relacionada, las normas sobre salud, entre otras, serán proferidas
por decreto. Preocupa que tres departamentos del Amazonas pasen a la Orinoquia
con intención de convertirlos en zonas de reserva minera y adjudicar ese negocio
a dedo y con él, la destrucción de nuestro amazonas. En medio de la crisis económica se crean
nuevos impuestos con forma de tasas.
Como congresista me duele que no haya
habido espacio para el debate. La plenaria del senado -que representa el debate
más serio de
los 4 que le corresponden- se limitó a una discusión sobre la conformación de los bloques de artículos que serían aprobados. Las proposiciones que presentamos a duras penas fueron
enunciadas, no fueron discutidas y las negaron en bloque, pues el ponente decía que no tenían aval del
gobierno. Como si el derecho a discutir un proyecto de ley dependiera del
acuerdo del gobierno. Los congresistas representamos tendencias dentro de la
sociedad, y tenemos el derecho discutir la conveniencia de los proyectos. Si el
gobierno había decidido no escuchar ninguna voz crítica, debieron proferir el plan por
decreto, pero claro, entonces las más de 29 facultades legislativas y reglamentarias que se adjudicaron
y las facultades extraordinarias se habrían caído de por inconstitucionalidad.
En lo
poco que se pudo discutir hubo un momento donde me sentí optimista. Había un acuerdo
sobre los temas inaceptables que traía en plan. Nadie estaba de acuerdo con que minería e
hidrocarburos continuarán siendo explotados en los páramos, con el pretexto de que
tienen licencias ambientales, cuando es bien sabida la escasez de agua en la
región andina.
Todos coincidimos en la necesidad de una apertura que permita mayores
tendencias en la televisión, y por lo tanto rechazabamos la adjudicación a dedo
del tercer canal. Nadie aceptaba las licencias ambientales express. Incluso
logré la aprobación de una proposición en la que se exigía una línea base
ambiental y conceptos técnicos sobre la conveniencia de la minería en las
nuevas zonas de reserva minera, y la prelacion de las protecciones ambientales
sobre los intereses mineros.
Sin
embargo, contrastaron para tristeza de la Nación, la vehemencia de los discursos
en contra de esas atrocidades, con la complacencia con la que, pasadas apenas
unas horas, votaban afirmativamente y con el mismo entusiasmo la conciliación
donde todos los micos del gobierno volvian a la vida. Esos mismos congresistas
de la unidad nacional que habrían atacado esas decisiones y votado en contra, trascurrida la noche
estaban ya de acuerdo.
Necesitamos un congreso que defienda los
intereses de los colombianos, y no se limite a complacer a los gobiernos. Los
gobiernos no son infalibles, y es deber del congreso eriquecer en el debate,
tener en cuenta más visiones. Mientras no haya más dialogo ciudadano y más compromiso
político con la
ciudadanía, tendremos que el nefasto resultado de que los detinos del
gobierno y los ciudadanos no son los mismos; hoy mientras el Gobierno le va muy
bien, al país va mal.
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