¿Ambigüedad o trampa? -30 de septiembre de 2015-
¿Ambigüedad o
trampa?
El acuerdo que
firmó el Gobierno con las Farc está entre malo y aterrador. La ambigüedad, la
sutil manera de redactarlo sin que sea preciso que dice, permite un espectro
interpretativo amplio.
Digo malo, porque el mejor resultado de
este acuerdo es que las Farc no pagan cárcel si los confiesan los delitos de
lesa humanidad, genocidio, graves crímenes de guerra; toma de rehenes u otra
privación grave de la libertad, tortura, desplazamiento forzado, desaparición
forzada (lo cometen los agentes del Estado), ejecuciones extrajudiciales (lo
cometen los agentes del Estado), violencia sexual. Su sanción se limitará a
“trabajos, obras y actividades y en general la satisfacción de los derechos de
las víctimas”. Todos los demás no incursos en esos delitos recibirán “la
amnistía más amplia posible por delitos políticos y conexos”. Todos tendrán
elegibilidad política. No entregan sus bienes, ni las armas (bajo el verbo de
dejarlas).
Estamos ante un
escenario de impunidad como lo temíamos los críticos. Y este es el mejor
escenario. El texto admite interpretaciones terribles. Además de la impunidad
podemos estar muy cerca de un proceso de justicia selectiva donde las Farc
ejecutarán su venganza contra quienes los combatieron en las Fuerzas Armadas,
contra los ciudadanos que no hemos aceptado su cruzada criminal y su deseo de
impunidad.
No se trata sólo
de las declaraciones del Fiscal cuya persecución a Uribe y al uribismo son
claras para todos. Tampoco reparemos en la cercanía del Fiscal con Anccol para
lanzar a Uribe y al uribismo a la
cárcel. Ni siquiera que manden a los empresarios, banqueros, y militares a
prepararse para juzgamiento.
Se trata de lo que el propio texto
admite. Hay una amnistía sólo para las Farc y sus aliados, pues solo ellos son
susceptibles de haber cometido el delito político. Todos los demás colombianos
que “hayan participado de manera directa o indirecta” no tendrán derecho a
amnistía o indulto. Los máximos responsables de las Farc, y los ciudadanos (sin
limitación alguna) y miembros de la Fuerza Pública seremos susceptibles a la
Jurisdicción de Paz. Quienes reconozcan las responsabilidades podrán optar la
el beneficio de impunidad con los trabajos ya explicados. Quienes reconozcan
tardíamente tendrá 5 a 8 años de penas de prisión. Quienes se nieguen a
confesar y resulten culpables serán condenados a pena de prisión hasta por 20
años. (Al parecer habrá penas alternativas para los confesos tardíos).
La fuente de las
pruebas para el enjuiciamiento popular serán las investigaciones de la Fiscalía
(serán claves los algoritmos Tocarrunchos), sanciones impuestas por otros
órganos del estado (no se cuáles), sentencias judiciales, y la perla,
información de organizaciones de víctimas y derechos humanos (sin precisar
cuales).
¿Intranquilos colombianos?¿Narcotráfico y
extorsión serán delitos políticos?
¿Quien impondrá justicia? ¿Las Farc se someten a la justicia colombiana
o quién nombre a los magistrados? ¿Cuáles son los procedimientos que regirán la
jurisdicción? ¿La reparación de las víctimas a cargo de las Farc se limita a
hacer esos trabajos o entregaran su capital? Para esto y mucho más el Gobierno
tramita unas facultades extraordinarias para que Santos con su sola firma lo
decida todo.
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