En nombre de la Paz -Septiembre 23 de 2015-
En nombre de la
Paz
En nombre de la
paz se ha repartido la mermelada a los politiqueros y el presupuesto de la
nación terminó repartido entre las mafias de los contratistas financiadores de
campañas en nombre de la paz. Se crearon nuevos y jugosos contratos para amigos
y enemigos en nombre de la paz. Los moralistas de otrora, hoy aceptan todo lo
que criticaban, y lo hacen en nombre de la paz. En nombre de la paz se avaló la
compraventa de votos, los fraudes electorales, las trampas. En nombre de la paz
se estigmatizó a la oposición política, se la persiguió judicialmente, se la
trató de enemiga de la paz, de amante de la guerra.
Dejamos de ver los
abusos de la tiranía vecina, dejaron de importar los golpes y los
encarcelamientos injustos de los líderes políticos, en nombre de la paz.
Dejamos de combatir el narcotráfico y volvimos a ser el primer productor de
cocaína del mundo, en nombre de la paz. Y en nombre de la paz se perdió la
seguridad, se avaló el chantaje de los criminales de tranzar violencia por
beneficios y se les otorgó el estatus de estadista a terroristas burdos
enriquecidos por el narcotráfico, la extorsión y el secuestro.
En nombre de la
paz venimos viendo demoler el edificio de todo lo valioso. En nombre de la paz,
pretenden además destruir las instituciones, establecer una dictadura y
acoplarlo todo al gusto de los narcoterroristas en cuyas manos han puesto el
nombre de la paz.
El acto
legislativo para la paz, vuelve a usar la paz para darle poderes por 180 días
al presidente, quien con su sola firma hará todas las leyes que las Farc
requieran. Y en nombre de la paz, un congresito remplazará al Congreso elegido
popularmente y será –según dicen- completado con el nombramiento de delegados
de las Farc. Tendremos una constituyente a dedo, donde el sumo poder será el
Gobierno en nombre de la paz. El
Congresito será tan solo el notario, que pupitré
las reformas del Gobierno. Ya no serán necesario 8 debates para reformar la Constitución,
bastarán 3. El congresito solo podrá modificar los proyectos del gobierno con
su visto bueno, y las plenarias no podrán cambiar nada, tan sólo aprobar, pues
para improbar necesitarán mayorías calificadas. Santos pasará a ejercer la
función legislativa además de la ejecutiva que ya tiene, en una dictadura en
nombre de la paz.
¿Qué reformas
nos traerán en nombre de la paz? ¿Habrá cárcel para los delitos de lesa
humanidad? ¿Entregaran las armas? ¿Entrarán a la política los narcos, los
secuestradores y extorsionistas? ¿Entregaran el producido económico de sus
crímenes? ¿Qué es la paz, sin aquello que están destruyendo?
Nadie lo sabe
porque en el nombre de la paz una borrachera colectiva nos enceguece. Avanzamos
dando tumbos sin percatarnos que la paz tan deseada y prometida, sólo surgirá
de la coherencia en los mensajes a los ciudadanos, del fortalecimiento de las
instituciones y del respeto a la ley; cosas que hoy se destruyen en nombre de
la paz.
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