Oquedades del abismo
Algunos consideran que el Centro
Democrático no tiene derecho a visitar políticos en el exterior para presentar reparos
al proceso de la Habana. Se trata, dicen, de asuntos para los cuales el Presidente
y su gobierno -que ostentan el poder actualmente- son los únicos con derecho a
hablar y decidir. La oposición puede, se colige, hablar sin que nadie la
escuche dentro del país; y esperarían que si sale, nadie la reciba o la tome en
serio.
La ira de los santistas no me sorprende; más
bien expresa su noción de poder “democrático”. El ganador se queda con todo, y
el perdedor pierde hasta la voz. Pretende este gobierno, como lo ha hecho,
ignorar la existencia de las disidencias. ¡Que el presidente sea como un rey
supremo! Insisten en que Santos lo haga todo vía facultades extraordinarias de
medio año y sin restricciones de materia; acabar con la discusión en el Congreso,
someterlo al disminuido papel de ser congresito: un simple testigo de cómo el
Presidente usurpa sus funciones. El Presidente decidirá las “zonas de
concentración”, bien lejos de donde viven sus amigos, y jamás en Anapoima. En
el Cauca, allá, donde no va nadie…
Así como desprecian la oposición
desprecian a los colombianos. Se negaron rotundamente a que pudiéramos expresar
a través del referendo que queremos paz sin impunidad. Nada. A los colombianos
nos toca aceptar la impunidad y el premio a los violentos, o aceptar que nos
maten, y quedarnos sin empleo; así nos amenazó Santos desde la radio. No les da
pena amañar la Constitución y la ley para que el plebiscito tenga un solo
resultado posible; que ellos ganen. Como no importó que Colombia gritara
IsagenNoSeVende.
La indignación de los gobiernistas
muestra que las escasas visitas del CD al exterior, han sido efectivas. Se debe
al reconocimiento del que goza el ex Presidente Uribe, y porque se trata de
asuntos cruciales para la seguridad del mundo. Para un importante cartel de
cocaína, el narcotráfico sería delito político. ¡Atención organizaciones
violentas del mundo que el narcotráfico es un medio efectivo de financiación; y
será impune si hay discurso político!. Quedarán los criminales de lesa
humanidad libres, como si la historia no hubiese decidido que hay crímenes que
no pueden simplemente perdonarse; ¡Que fácil habría sido que los Nazis
confesaran sus crímenes para quedar libres!. Con la sangre en las manos y el
cinismo de una confesión se aprestarán los máximos criminales a ser figuras
políticas. ¡Pobre Colombia! Santos se irá a vivir al exterior, obvio.
Como la oposición no se calla, la van a
silenciar. Ya no será una bomba como a
Fernando Londoño; ya los asesinatos deslucen. Ahora los matan con injurias,
injustas acusaciones y cárcel. Todo tendrá cierre perfecto con la jurisdicción
de paz, conformada y controlada por el santismo -lo mas corrupto de la política-
y las Farc –el narcoterrorismo- ¿Quién se atreverá a hablar con la amenaza de
una judicialización aún más efectiva que la sumisa y corrupta Fiscalía?
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