Discriminación a los no indígenas -21 de marzo de 2015-

Discriminación a los no indígenas

La creación de dos departamentos en el Cauca no es nada nuevo en la discusión del departamento. Años atrás, los afrodescendientes plantearon la posibilidad del departamento de Obando; y mucho antes de eso, los indígenas han insistido en la necesidad de las Entidades Territoriales Indígenas, que les otorguen mayor autonomía  sobre sus territorios. Dicha autonomía ha venido concediéndose en materia de educación, salud, guardia, justicia, entre otros con decretos de este gobierno. Tampoco es ajena al país la idea de los territorios indígenas independientes, en el Cauca tenemos más de 100 resguardos. Sin embargo, mi propuesta fue tratada como un acto de racismo y segregación.

Ninguna de esas interpretaciones da cuenta de mi intención de buscar una solución para la guerra por la tierra que vive el Cauca desde hace más de 40 años. Avanza y adquiere connotaciones dramáticas, pues algunas organizaciones indígenas insisten en invasiones, y utilizan la violencia para hacerse a los predios. 

Esas tierras de la cordillera -que hoy dicen que son malas- fueron en otras épocas las mas grandes lecherías de Colombia de los que llaman terratenientes y oligarcas.  Casi todos fueron despojados de las tierras -mi familia lo fue en la década de los 80s- con el argumento de una deuda histórica. Los indígenas, 19% de la población, recibieron el 34% de la tierra productiva del departamento, las mejores y más productivas fincas, además de áreas en zonas de reserva y parques naturales que hoy suman un territorio equivalente al Quindio.

(No conocí la finca de mi abuelo porque ya las amenazas y la violencia me habían arrebatado ese derecho. La familia no pudo siquiera recoger los muebles. No hubo resentimientos; hay suficiente dignidad y altruismo para que el asunto pasara).

Sin embargo, aquellas cesiones no resultaron suficientes. Los indígenas que siguen reclamando mediante bloqueos en la vía. El gobierno central en los acuerdos de carretera negocia las tierras del Cauca, sin que los otros caucanos tengan espacio para opinar. Se promete más tierra, como no se consigue, los indígenas avanzan en invasiones. No son sólo la llegada de las personas a las fincas; es la destrucción de los predios, queman los cultivos, amenazan y asesinan los empleados y dueños, incluso matan los animales e incendian y saquean las casas para obligar a abandonar el predio, y ofertarlo al Incoder. Están las denuncias y los testimonios para quien quiera oírlos. Utilizan razones étnicas para ejercer y justificar violencia. Los no indígenas hoy no tienen derecho a la propiedad.

Hoy quienes la pierden son pequeños campesinos de los municipios del Cauca. Según las organizaciones campesinas, hay siete mil campesinos desplazados por la expansión del territorio indígena. Fincas de 20 has. son invadidas y los campesinos perseguidos, amenazados y obligados a vender. La llegada del resguardo a la zona implica, como ha sucedido en San Sebastián, con conflicto adicional; los indígenas pretenden el retiro de la fuerza pública -Batallón de Alta Montaña, mientras los campesinos lo sienten como la única protección de su seguridad.
No todos los indígenas ni organizaciones están conformes con estos procedimientos. Hay duras criticas contra algunos líderes, pero no existen herramientas para ese debate; ni siquiera pueden escoger libremente su organización. El CRIC no deja  de recibir los recursos así más de 20 mil indígenas no quieran estar en esa organización, e impide que organizaciones como la OPIC avancen. El problema del Cauca no soy yo, ni mi propuesta, es la violencia y la falta de derechos de la población no indígena. 


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